Chaman o lo que es la brujería
En la practica el viejo mundo, que es el nuestro, rodea de tinieblas y superstición un conocimiento antiquisimo. Para un profano un «brujo» es alguien que se dedica a hacer extrañas ceremonias que consiguen mediante su poder satisfacer un deseo. Así se habla de «amarrar» o «romper» una pareja, de «abrir» o «cerrar» los caminos, y muchas más palabras curiosas que se basan todas ellas en la maldición cultural de la brujería: el maleficio.
Sí, en la practica uno llama a esos «especialistas» y te dicen que alguien ha hecho brujería para fastidiar tu trabajo, un «mal de ojo», o para robar a tu pareja. Una vez lo crees ellos te ofrecen la solución previo pago. Existen muchas sociedades en las que se cree que la enfermedad procede de una «maleficio» hecho por alguna bruja, y la nuestra instituyó semejante aberración de la razón bajo el nombre de Inquisición.
Afortunadamente esos tiempos han desaparecido, pero nos ha dejado huerfanos de entender qué era todo ese mundo «oculto» del que hablan las leyendas y cuentos. Es como si no supieramos realmente qué significa esto de la magia y el misterio.
Por ello somos también afortunados de conocer culturas en las que ese «brujo » o «bruja» son definidos dentro de una marco de sabiduría. Así la función del chamán (vocablo que significa «sabio» , de scha, saber) es mantener la tradición de la cultura, saber arcano y profundo, y curar las enfermedades que son entendidas como rupturas de la armonía natural.
Es esa función medicinal, no ya la sacerdotal, la que más impresiona. Pues la medicina del chamán se basa en conseguir que el individuo vuelva a recuperar su «alma perdida», su
armonía vital.
Por otro lado la función sacerdotal no tiene nada que ver con lo que conocemos. El chamán intenta, mediante ritos antiquisimos, que el individuo tenga su propia experiencia espiritual. No se sube encima de un pulpito y predica, sino que trata de ayudar para que la propia
persona tenga su visión personal. No es el memorizar un libro, un discurso, sino el obtener una vivencia en lo que consiste su tarea.
Las cosas el mundo en el que estamos ha quedado dividido en diferentes sectores: la medicina para la ciencia, la religión para la iglesia…y una «tierra de nadie» en la que habitan multiples
discursos. Es el reino de lo oculto, de lo paranormal, de tantas y tantas palabras para designar una realidad que en otra mirada se conoce como «espíritu».
Si para una tribu el chamán es ortodoxia, aquí en nuestro mundo es la heterodoxia. Y así llevamos miles de años hablando en el viejo mundo de un conocimiento «otro», de una sabiduria oculta cuyo logro es toda una aventura iniciática.
Que alejado por tanto pensar de un brujo como se piensa, qué poca atención al chamán prestamos en nuestro mundo. Figura oscura para el mundo profano, en la que siempre estarán privilegiados el «cura» y el «bachiller».
Y no, no es quemando libros de magia y caballería como conseguirán acabar con nuestra tradición. Pero sí posiblemente vanalizandola hasta el punto en que parezca una tontería.